14.10.12

Y termino diciendo tonterias

Te conocí bebiendo una cerveza en aquel pub irlandés de la esquinita de un barrio lejano. Aquella fue la primera vez que nos vimos, que nos vimos sabiendo que nos gustábamos. Nuestras miradas ya se habían cruzado una semana antes en aquel bar popero. Fue una semana larguísima. Apenas nos habíamos visto una vez, pero cada minuto pensabamos el uno en el otro. Mensajes SMS, emails, messenger... la técnología del momento echaba humo y en poco tiempo se nos quedó corta. Conversaciones interminables,  tontas, mundanas, profundas... Eramos coincidentes en un 99.9%. "Me copias" me decías. "No, tú me copias" respondía. Y luego nos reíamos como adolescentes de quince años. Tú te resistías a lo inevitable. A día de hoy aún no se me ocurre un adjetivo mejor para aquello que nos pasó: inevitable. Caritas de tontos, risitas sin sentido, ilusión recueperada, vergüencillas y ganas del uno en el otro... Todo hacía que los dos dejaramos que el uno entrara en la vida del otro. Nada importaba, sólo queríamos estar juntos, queríamos más. Y así fue, así fuimos, así fue lo nuestro, inevitable.

Y es que fuiste tú la que me hizo volver a creer, te lo digo ahora, la que sin quererlo me enseñaste que enamorarse no es exclusivo de quinceañeros.

Ya han pasado varios años de nuestra despedida. Años en los que mi vida ha estado ocupada. No he pensado en tí, no te voy a mentir. Pero ahora llega ella. Y se llama como tú. Y me escribe y me busca como tú. Y este fin de semana estoy con mis amigos. Y pienso en ella. Le envio mil fotos y a ella le gusta, me sonrie y me devuelve otras tantas. Me dice que Se acuerda de mi y yo no puedo evitar poner mi carita de tonto y creérmelo.

Me envia una foto y rezo porque sea fea! jajaja! Me embelesa pensar en tí, no creo que nada mejorase si descubriera que además eres guapa. Mierda! Lo eres!

Se lo cuento a Luis. Y él me dice que estoy chalado. "Cómo haces tanto de tan poco". Y tiene razón, pero no lo evito igualmente. Me gusta sentirme así. "Ve a madrid y conócela" me dice. "¿Para qué?" Respondo. "Es pronto. No quiero acabar con esto ya. Me da igual no conocerla, me vale con lo que tengo."

Domingo de resaca mortal. Evito pensar, pero de pronto suena de nuevo mi teléfono. Es ella con otra fotografía que te recuerda a mí. ¿A mí? ¿cómo? Si no nos conocemos! Me da igual. Me encanta la idea. Y yo empiezo a no saber qué decir. Me pongo nervioso, quiero elegir bien las palabras... Pero como siempre que lo intento termino diciendo tonterías.

No comments: